El Jarama, si nadie lo impide, clausura de la legendaria instalación de la carretera de Burgos en lo que a las dos ruedas se refiere. El mismo lugar donde Ángel Nieto se hizo mito dejará de albergar carreras de motos. Una sentencia, tras la denuncia de un vecino, pone el límite de 65 decibelios, el mismo que hay para zonas residenciales, y exige que, a ese vecino, no le llegue ruido que pueda molestarle. Lo cierto es que las casas no estaban allí cuando en 1968 se inauguró la instalación deportiva y aquéllo era un secarral, pero... Así las cosas, el RACE, según cuenta Manolo Vidal, director del trazado, las opciones de hacer competiciones en el Jarama pasan por un acuerdo "que estamos a punto de firmar con el Ayuntamiento en el que nos dejarán 20 días libres de ruido, seis fines de semana al año para poder hacer carreras".
En esos días de permiso especial se celebrará el Europeo de Camiones, la Superleague Fórmula o el Nacional de GT, entre otras competiciones, pero ninguna de motos. Y es que ya sólo se celebraba el Trofeo RACE y el madrileño de velocidad, que busca ahora nuevos horizontes, incluso en la nueva pista de Portimao, en Portugal. Tras una reunión entre las partes, la federación regional concretó que no podían reducir el ruido de las motos a menos de 98 decibelios. Y el Jarama, pese a que ha montado unas pantallas acústicas que reducen en 25 decibelios el ruido, no puede permitir la competición con ese nivel sonoro. Sin más voluntad sobre el tema por las partes lo cierto es que, a día de hoy, no habrá carreras de motos en el trazado madrileño.
Sin Mundial desde que en 1998 regresase de manera puntual y con el CEV alejado de sus instalaciones desde hace cuatro años, por cuestiones de seguridad después de que una moto saliese volando hasta el párking tras un accidente en la rampa de Pegaso, las motos en el Jarama ya son parte del recuerdo.
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